Andres terminaba la cerveza cuando algo lo hizo mirar hacia la puerta del bar. Escucho una voz familiar que no oía hace bastante tiempo. En la puerta del bar apareció un hombre de baja estatura, no muy corpulento, moreno, pelo corto, ojos pequeños semi rajados, barba candado y un aro en la oreja izquierda. Vestía pantalones negros una polera roja y zapatillas, nada fuera de lo común. Sin embargo su presencia no pasaba desapercibida. Se dirigió a sentarse en una mesa y llamó a alguien para que lo antendiera. En ese momento Andres caminó hacia donde estaba el tipo, se paró en frente de la mesa y dándole un golpe exclamo -¡Hola, tanto tiempo viejo!, ¿ya no se acuerda de mi?- El hombre lo miró sorprendido y le respondió riendo -¿Andres?- La risa era bien grave y áspera, todos podían escucharla en el lugar. -¿Como estas hombre?, ya decía yo que había un olor familiar en este antro. Siéntate y pide algo para tomar- Andres sonrió y se sentó diciendo -Que sorpresa encontrarlo por aca, pidame usted cualquier cosa para tomar, recuerde, el que pide paga- ambos rieron y el hombre respondió -tú no cambias-.
El hombre pidió una cerveza para Andres y se pusieron a conversar sobre sus vidas. El hombre se llamaba Jaime y era bastante mayor que Andres, de ahi que Andres le diga viejo. Se conocieron hace varios años cuando Andres se metió en una pelea donde casi pierde la vida, ese incidente no fue solo una simple pelea para Andres. Lo único que recuerda es que Jaime lo sacó del lugar cuando ya no podía ni mantenerse en pie. Desde ahi son muy buenos amigos y Andres intenta siempre aprender de él cada vez que se encuentran.
Mientras Jaime le contaba sobre su último viaje y las bondades de los paises que habia visitado, notó que Andres estaba ansioso y le dijo -No es casualiad que estes aquí, dime cual es la razón- Andres miró hacia la barra y dijo -Ella es la razón- El viejo rió nuevamente y dijo -Por un momento pensé que había otra razón-. Andres le dijo -pues si la hay-. Y le contó todo lo que pasó la noche anterior, le dijo que algo con esa mujer no era normal, había algo que quería descubrir. En este punto Jaime ya no sonreía y estaba completamente serio. Le preguntó por todos los detalles y dijo -Algo anda mal, tienes razón... peeero ahora vinimos a divertirnos y eso es lo que haremos-. Mientras se paraba volvió a sonreír y le dijo a Andres -Así que ella es la razón, pues vamos a saludar-. Andres se paró y trató de detenerlo, estaba rojo y trataba de afirmar al viejo con todas sus fuerzas. No lo consiguió, en un instante estaban en la barra y el viejo gritó -Este joven aquí presente esta buscando a alguien!-. Andres, rojo, trataba de hacer que el viejo se detuviera. Las personas miraba extrañadas y no sabían que pasaba. Mina simplemente no le prestaba atención al asunto, así que el viejo le dijo -Hey, tu ,si tu. Date vuelta y ven para acá. Le gustas a mi amigo y te quiere decir algo- . A lo que Andres exclamó -¡¡¡QUEEEEE!!!- Mientras le dio un puñetazo al viejo y este salió varios metros hacia atrás y fue a dar al suelo. En ese momento, Mina, que también había escuchado lo que el viejo gritó, se acercó a Andres roja de vergüenza y con una mirada de que algo muy malo iba a pasar. Tomó a Andres de la polera y le dijo -¡¿Cuál es tu problema?!, ¡déjame tranquila ahora y andate!, ¡mira lo que le hiciste a ese pobre viejo loco!- Le dio una cachetada y un grupo de guardias tomó a Andres de los brazos para llevarlo afuera. Andres no se resistió y fue expulsado del bar.
Andres se sentó en la cuneta a esperar que saliera el viejo. Un par de minutos después Jaime salió del lugar muerto de la risa y le dijo -¿Todo salió perfecto no crees?- Andres le respondió -Si claro, ahora Mina cree que soy un imbécil por pegarle a un "viejo loco"-. Jaime se metió la mano al bolsillo y sacó un papel que tenía algo escrito. Mientras se lo pasaba le dijo a Andres -no se que pensará ella, pero me dio esto para ti después que le expliqué que todo había sido mi culpa y que estaba bien, que soy un viejo resistente a los puñetazos de niños-. Andres miró el papel pero no lo leyó enseguida, lo guardó en un bolsillo y le dijo al viejo -Asumo que se dio cuenta de que algo extraño tiene esa mujer-. Jaime asintió con la cabeza y mientras se paraba le dijo -Decirte que no te metas en problemas es una estupidez, simplemente cuídate, ya nos volveremos a ver-. -No te preocupes viejo- respondió Andres.
Después de esto se despidieron y el viejo desapareció a la vuelta de la esquina. Andres siguió sentado en el mismo lugar observando detenidamente el trozo de papel.
viernes, marzo 30, 2012
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