lunes, febrero 04, 2013

La Sombra (5/?)

Salieron a la calle silenciosamente, nadie hablaba, solo prestaban atención a los ruidos de la ciudad. Caminaron un par de cuadras por el borde del río, donde las luces de la ciudad dejaban de brillar. Descendieron unas escaleras que llevaban al lecho del río y luego de avanzar un par de metros encontraron algo parecido a la entrada de un desagüe.

Bergen se dirigió al grupo y dijo -bueno, tomaremos este camino, al final nos separaremos y comenzará nuestro trabajo, todo saldrá bien- el grupo se miró en silencio y comenzaron uno a uno a entrar en el oscuro túnel. Solo quedaba Andres por entrar, como era su costumbre, le gustaba cerrar el grupo.

Antes de internarse por el túnel, se detuvo de golpe, olfateo el aire y se dio media vuelta súbitamente. Al otro lado del río una sombra se escabullía por las escaleras en dirección a la ciudad. Andres gritó hacia el interior del túnel -¡sigan ustedes esta noche, hay algo que debo hacer!- y desapareció de golpe de la entrada del túnel, desde donde sus compañeros miraban como si ya estuvieran acostumbrados.

Andres trepó rápidamente el muro que lo llevaba a la calle por donde venia caminando antes de bajar al río y comenzó a buscar a la extraña sombra que se le apareció. No logró verla por ningún lado, corrió en dirección a un puente para llegar al otro lado del rió y ahí se detuvo un momento antes de proseguir su carrera. La noche se había vuelto intranquila, ladridos de perros por doquier, sirenas policiales en las calles cercanas y murmullos eran parte del escenario nocturno. Encontrar la sombra no será un trabajo fácil pensaba Andres, por lo que decidió seguir un poco su instinto y caminó en dirección hacia el centro de la ciudad.

Siempre atento en el camino,  buscaba la sombra por todas partes. Tras caminar un momento pasando desapercibido para los que caminaban por la noche Andres se detuvo de golpe en una esquina donde había una iglesia antigua. Era alta y se notaba el paso de los años por ella. En lo alto se apreciaba el daño causado por palomas que tenían su nido en la estructura. Estatuas carcomidas y algunas a las que les faltaban partes completaban el cuadro. Andres afino sus sentido, inclinó su cabeza hacia arriba, olfateo un poco y comenzó a correr por una pequeña calle por el costado de al iglesia. Había vuelto a encontrar el rastro.

Andres corrió varias cuadras dando vueltas por la ciudad rápidamente para no perder el rastro, sin embargo todavía no encontraba nada. De repente se encontró parado en medio de una plaza, el lugar le era familiar. Miró a su alrededor y vio vagos durmiendo en algunos asientos, ebrios cantando un poco más allá y un par de locos golpeando a algo que parecía ser un travesti. 

Andres siguió tras el rastro y en una esquina no supo que hacer, de repente lo perdió. Quedo parado sin saber que hacer. Mientras apretaba los puños y masticaba su frustración, a lo lejos vio la sombra cruzar la calle rápidamente y desaparecer en la mitad de la cuadra. Andres corrió hacía donde le pareció ver desaparecer a su objetivo y se encontró con un pequeño pasaje entro dos viejos edificios que con luces de neón en sus fachadas alumbraban tenuemente el lugar -City Bar Hotel- decía el neón.

Caminando cuidadosamente por el callejón, Andres presentía que su cacería llegaba a su fin, pues el rastro se hacía más fuerte. Al mismo tiempo algo le llamó profundamente la atención, pues sentía algo extrañamente familiar en todo esto, pero no encontraba nada con que asociarlo.

El final del camino estaba cerca, la luz del neón ya no se dejaba ver donde estaba Andres y ni las luces ni el ruido de la ciudad se atrevían a llegar a esa parte del callejón. Andres se plantó de golpe en el suelo y preguntó calmadamente -¿Quién eres?-. No obtuvo respuesta, y se dispuso a avanzar un poco más. La sombra estaba ahí, oculta en la oscuridad, pero se negaba a responder.

Al momento de que Andres dio el primer paso, algo salto sobre su cabeza, se colgó de una escalera y comenzó a subir por el borde del edificio. Lo mismo hizo Andres, pero la sombra se movía más rápido que él. El edificio no era muy alto, cerca de diez pisos. Cuando la sombra llegó arriba a Andres le faltaban todavía tres pisos por subir. Se apresuró hasta que finalmente puso sus manos en el borde de la azotea del edificio. En ese momento sintió que algo le sujetaba las manos y desde lo alto apareció frente a él envuelta en una capucha la sombra que estaba persiguiendo, Andres se sorprendió y no alcanzó a reaccionar. La sombra le dijo con una voz cortada -Todavía no- y sin esfuerzo soltó a Andres de donde este se sujetaba dejándolo caer. Andres cayó por las escaleras a gran velocidad sin poder sujetarse de nada, golpeándose en el camino con las escaleras hasta aterrizar en el suelo de golpe.

Sin fuerzas para levantarse Andres podía ver hacia lo alto del edificio, donde la sombra le dio una ultima mirada antes de desaparecer.