Hace un tiempo intenté hacer algo muy común entre las gentes, dije: "bueno, si casi todo el mundo lo hace en volá no es tan malo"...
... Fui y me compré un loro, un periquito, de esos verdes que repiten lo que uno les dice... Lo compré para que me ayudará con un asunto...
... El asunto era el siguiente, yo le tenía que enseñar cierta frase y él me la tenía que decir todos los días. El loro aprendió la frase sin problemas y me la repetía todos los días y todas las noches. Fue genial, resulta que al cabo de un tiempo comencé a creerle al loro lo que me decía, y ya no parecía una frase sin sentido. Yo mismo terminé repitiendo lo que le había enseñado al loro sin darme cuenta... y con eso el problema pareció arreglarse...
... Hasta hace unos días atrás, que me cansé de las mentiras del loro y me deshice de él... se lo regalé a alguien más y yo mismo me dejé de mentir...
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