martes, noviembre 29, 2011

La Busqueda (2/?)

Andres pensaba que a veces era bueno salir a pasear sin la moto. Bueno, desde hace un tiempo que se había visto obligado a salir sin ella por un pequeño desperfecto que presentaba la maquina, y que no podría reparar, hasta que llegaran las piezas que encargo al extranjero. Andres es un joven un tanto exigente con ciertas cosas.

Pensaba que era bueno salir sin la moto por lo que había ocurrido la madrugada de ese día. Eran alrededor de las 2 de la tarde y Andres había despertado recién luego de haber llegado a su hogar temprano por la mañana. Se encontraba en su pieza, acostado en su cama y tapado a medias con una sábana blanca. El resto de la ropa de cama estaba en el suelo y los cojines en cualquier lado menos donde debían. El resto de la habitación seguía el mismo orden de la cama. Platos de comida en los muebles, ropa en el suelo, en una silla y encima del televisor. Revistas y libros seguían una distribución similar. En las paredes habían dibujos, posters, fotos y un calendario mostrando un mes que no era el actual. Negras cortinas en las ventanas impedían que la luz entrara con tanta libertad en la habitación, por lo que era posible para Andres dormir hasta avanzadas horas del día sin preocuparse del mundo exterior.

Mientras se levantaba seguía pensando en la joven que había ayudado hace unas horas. Hace rato que no tenía una pelea así, y sabía que no sería la última. Al llegar a la cocina encontró varios platos con comida, era su almuerzo, y una nota que decía -Avisa si vas a llegar tarde-. Se dirigió al baño para tomar una ducha. -A veces es necesario hacer esto- dijo mientras se duchaba, y no podía evitar pensar en aquella joven. Así que optó por hacer lo más lógico que se le ocurrió, la iría a buscar, donde fuera que estuviese. Salió de la ducha, se vistió y fue al patio a ver a su máquina, como él la llamaba. - ¿Sigues ahí eh?, inmóvil, quejándote. Ya te pondrás mejor, te lo prometo- Le dijo a la moto. Volvió adentro, calentó la comida y se dispuso a almorzar. No disfrutó mucho el manjar que se encontraba en la mesa, pues a Andres no le gusta almorzar en soledad, así que comió lo más rápido que pudo y salió de su hogar. Vivía en un barrio normal, un poco peligroso de noche, pero de día nada que resaltara. Comenzó a caminar en dirección al centro de la ciudad, sabía que allí encontraría a la joven de aquel incidente.

Era de locos intentar llegar caminando al centro, pues quedaba un poco lejos, por lo que Andres decidió tomar un bus a su destino. Al subir al bus se sentó junto a una ventana donde no le llegara el sol y se quedo dormido inmediatamente. Sin tener idea de cuánto rato había pasado, despertó y se bajó lo más rápido que pudo del bus, no sabía dónde estaba ni que hacia allí. Un par de segundos después Andres recordó que iba al centro a buscar a aquella joven del día anterior. Miro a su alrededor y se ubico en seguida. Se había pasado un par de cuadras de su destino caminó hacia donde se dirigía. Finalmente llegó a la falda de un pequeño cerro en medio de la ciudad y sentó a esperar en la banca de una plaza.

Eran cerca de las 6 de la tarde y Andres esperaba pacientemente. Por su cabeza seguían pasando las imágenes de la pelea que tuvo, las caras, los sonidos, los olores volvían a su mente y lo ponían un tanto ansioso. Sin previo aviso se levanto de golpe de la banca y dijo en voz alta -Ahí estas- mientras miraba una bus pasar hacia el oriente de la ciudad. Apresuro el paso, cruzo la calle y tomo otro bus en la misma dirección. La mirada de Andres era de alguien muy concentrado, él sabía que no podía perder el rastro así que ignoraba todo lo demás que había a su alrededor. Luego de un momento en le bus se bajó, corrió un par de cuadras y en una esquina, cruzando una calle, vio a la joven que estaba buscando. Vestía jeans azules ajustados y una polera blanca con una símbolo extraño en el pecho. Además llevaba un bolso negro y usaba unas zapatillas un tanto gastadas que en algún momento fueron blancas. Andres solo la siguió de lejos para ver a donde iba. Entro a un bar en una calle pequeña alejada un par de cuadras de la avenida principal, pero Andres se quedo afuera esperando, pensando bien qué hacer.

Paso una hora y Andres, al ver que la joven no salía, entró al bar para saber que sucedía. Al entrar solo vio una típica imagen de un bar, gente en la barra tomando alguna cosa. grupos de gente en mesas conversando, riendo y nada fuera de lo común. Pero no pudo encontrar a la joven por ningún lado. Se sentó en la barra finalmente cuando vio que quien lo iba a atender era exactamente la joven que buscaba. No pudo disimular la sonrisa que apareció en su boca y la joven no pudo evitar sorprenderse con tal encuentro. -Hola de nuevo- dijo Andres. Un tímido hola salió de la boca de la joven seguido por un -Que sorpresa, ¿que vas a querer?-. Andres respondió sin pensarlo -Una cerveza negra por favor-. La joven se la dio y no dijo nada más. Un momento después se acerco a Andres y le dijo -Me llamo Mina, gracias por lo de anoche-. Andres asintió con la cabeza y Mina se alejó a atender a otra persona.

lunes, octubre 17, 2011

Cerro

Tengo ganas de subir al cerro nuevamente. Hace rato que no voy y es bueno hacer eso cada cierto tiempo. Si no voy todavia es porque estoy esperando juntar ciertas cosas para poder ir. Pero creo que deberia dejar de esperar y subir asi nomas, creo que seria mas entretenido hacerlo de esa forma.

lo decidí, voy a subir al cerro uno de estos días. Ojalá este bueno el clima y pueda subir sin problemas.

Lo que vuelva del cerro escribo como lo pasé.

sábado, septiembre 10, 2011

Viaje

Se detuvo completamente en el túnel entre Lo vial y Departamental. Pensé que algo había pasado porque una energía extraña provenía de la parte delantera del metro. No le di demasiada importancia a esa sensación pues al poco tiempo el metro comenzó a avanzar nuevamente y es completamente normal que el metro se detenga en medio de el tunel para ajustar la frecuencia de los trenes.

Iba sentado en el piso del vagón, cosa que hago solo cuando el metro no esta colapsado de gente. Iba al fondo del carro, en la puerta pequeña que sirve para conectar cada vagón. Habia gente sentada en los asientos y gente de pie. Habia jovenes, adultos, ancianos y una que otra guagua. Es decir, un viaje en metro de lo más normal.

Como suele suceder, usaba jeans azules y una polera negra. En mi mochila llevaba mi poleron negro y mi chaqueta de cuero. No prestaba atencion al resto y me entretenia con mis pensamientos. Hasta el momento en que el metro se detuvo en el tunel. Comence a sentir la energia extraña y me puse alerta, pr ocunado el metro reanudo su viaje volvi a mi estado anterior.

Llegó el metro a la estación Departamental, se detuvo, abrió las puertas y en ese preciso instante una turba descontrolada de gente salio corriendo y gritando desde el vagón que estaba adelante del que venia yo. Niños, jóvenes, adultos y ancianos, corrian por el pasillo gritando desesperados. Lo primero que pensé fue: "cresta q wea esta pasando?", y la gente que estaba en mi vagón también comenzó a correr, gritar y salir del tren. Yo pensé que algo muy malo estaba pasando, que el metro se estaba quemando, que había una bomba o que alguien había sacado un arma y amenazaba con disparar. Así que lo mas inteligente que hice, pensando que lo mas probable era la ultima opción fue correrme de donde estaba, no salir al pasillo y me coloque detrás de los asientos que dan a las puertas. Ahí me quede mientras otras personas hacían algo parecido y otras seguían corriendo por el pasillo gritando "guardia! guardia!". Al ver que no sonaban disparos, que no salia humo y que nada había hecho explosión fui hacia adelante del vagón y me asume por una puerta a ver que sucedía. La gente lloraba y otros hacían lo mismo que yo en otras partes. Al mirar vi que los guardias ya habían llegado y tenían a un tipo agarrado que gritaba y pataleaba, no hacían nada por llevárselo de ahí, pero lo retenían contra la pared. Al ver que al final no había nada terrible, pero que el tren no partía y que el tipo al q los guardias tenían agarrado seguía forcejeando y tratando de meterse al tren, me calme. Eso si, no deje de mirar la situación hasta que después de un rato se cerraron las puertas y el tren se puso en movimiento.

Al final no supe que había pasado, solo se que un tipo ebrio, muy flaite, estaba peleando con otro tipo o quizás con mas tipos. Lo mas probable para que desencadenara esa situación de pánico colectivo fue que la cosa se pusiera muy fea. Quizás alguno efectivamente amenazó al resto de la gente de alguna forma, quizás con un arma blanca, quizás con un arma de fuego. Pero eso solo queda en teorias mias. Quizás algun día sepa que fue lo que realmente sucedió.

martes, junio 07, 2011

6 de Junio

No es q ayer se me olvidara escribir, lo que pasa es q se me fue solamente....

Hay olor a recuerdos, no es nostalgia, la nostalgia generalmente viene con pena y este no es el caso.

A veces pierdo cosas sin darme cuenta (como todo el mundo), a veces las pierdo porque dejo q se pierdan. Estoy dejando que se pierda algo parece, no lo se.

Yo soy yo y estoy aquí ahora, pero estuve ahi ayer y estare ahi mañana. Quizas esté mañana en el ayer y ayer en el presente.

miércoles, abril 13, 2011

Iron Maiden

Cuando sea viejo podré decir que fui al concierto donde la mejor banda del mundo grabó un DVD en mi país y dio el mejor concierto que esta sucia franja de tierra habra podido recibir... al pensarlo y decirlo, se que la piel se me pondrá de gallina y un escalofrío recorrerá mi cuerpo... esa sensación de haber estado ahi no la podré olvidar nunca.

Gracias Iron Maiden

viernes, febrero 25, 2011

Solo Otra Historia (1/?)

Caminaba solitario a eso de las 5:00 de la madrugada por calles típicas del centro de la ciudad. Llevaba unos jeans azules un tanto gastados, una polera negra sin ningún símbolo o dibujo, zapatillas completamente negras y una mochila gris. Se veía como un hombre joven de edad cercana a los 20 años. Tenía el pelo largo, ni liso ni ondulado, era una cosa extraña. Estatura media, contextura gruesa, caminar tranquilo y mirada atenta, esa era su apariencia. Parecía que todo estaba bien esa noche calida de verano y no habían preocupaciones que perturbaran su caminar. Estaba volviendo a su hogar tranquilamente.

Caminaba por una calle pequeña, alumbrada por esas típicas luces naranjas de ciudad. A lo lejos se escuchaban las sirenas de los autos policiales, cerca se escuchaba el ladrar de perros y el sonido de la poca locomoción que hay en la calle a esas horas interrumpía su meditar. En el cielo las estrellas se dejaban ver tímidamente, salvo esa muy brillante que aparece en época de verano antes del amanecer, no había nubes en el cielo y la luz del sol aparecía detrás de las montañas para terminar con la noche.

Nadie más caminaba por esa calle. De repente se dio vuelta bruscamente y alzo su mano. Un Bus se detuvo y el joven subió en el. Con una mirada rápida recorrió todo el bus. Una persona de edad estaba durmiendo solitario en uno de los primeros asientos, más atrás una pareja conversando, y al fondo de la micro un par de hombres ebrios que cantaban a ratos. El joven se quedó en mitad del bus, de pie casi al frente de la pareja, la mujer le había llamado la atención. Era una pareja con un hombre cercano a los 25 años y una mujer de alrededor de 20.

El bus salió de las calles pequeñas para entrar en una avenida principal, iba a exceso de velocidad lo que haría mas corto el viaje. Entre pensamientos y la música del mp3 el joven notó que la pareja discutía acaloradamente. Apagó la música, guardó los audífonos en el bolsillo y siguió atento. En un instante el hombre tomó a la mujer y la empujo lejos. Mientras le gritaba todo tipo de cosas comenzó a acercarse a la mujer que callo al suelo debido al empujón y el movimiento de la micro. Rápidamente el joven se movió y puso su mano derecha en el pecho del hombre diciéndole: "para". Con una voz fría y seca. Las miradas se cruzaron mientras que de atrás de la micro se levantaba alguien que había pasado desapercibido para el joven. Rasgo particular, usaba lentes de marcos gruesos y vestía extrañamente. Se acercó diciendo: "que te pasa, déjalos, no te metas en sus asuntos" con un leve tartamudeo. Llegó al lado del joven e intentó golpearlo. No lo consiguió. Sus lentes saltaron lejos, su nariz comenzó a sangrar y cayó al suelo de golpe. El hombre dijo: "quien te crees" y lo atacó. El joven apenas pudo bloquearlo, lo pillo de sorpresa. A esas alturas el viejo que venía durmiendo había despertado y el chofer comenzó a gritar que se bajaran del bus, la joven lloraba en el suelo y los ebrios ya estaban abajo de la micro. "OK, bajemos" dijo el joven y bajaron sólo ellos dos. La micro siguió su camino y la tensión se sentía cada vez más. No se cruzaron palabra alguna y comenzaron a pelear. Ninguno acertaba con algún golpe potente hasta que el joven dio un puñetazo directo en el corazón. El hombre saltó hacia atrás un tanto resentido y dijo "es hora de ir en serio no crees?". Con una mirada desafiante y llena de seguridad el joven le respondió: "creo que es hora de que te vayas a casa no?". El hombre miró el cielo y comprendió que no podía seguir con esto. "Terminaremos esto otro día" dijo y desapareció rápidamente del lugar.

El joven se quedó sentado en un paradero de buses un rato. Los rayos del sol le golpeaban la cara y se podían ver rastros de la pelea en su cuerpo. A su lado se sentó la joven que iba en el bus, "gracias", le dijo. "Olvídalo" respondió el joven. "Te puedo preguntar algo?", agregó. "Como puedes soportar ese olor?". "Qué olor?, no se a que te refieres" dijo la mujer. El joven sólo sonrió. Estuvieron un rato sentados ahí sin decir nada más. Un Bus se acercaba, "te sirve esa?", pregunto el joven. La joven asintió con la cabeza. Ambos subieron y continuaron sus caminos a casa.

domingo, enero 30, 2011

Cuatico

La historia esta completamente en mi cabeza, pero no puedo escribirla...