Hace rato no hablo de mi ni de mi alrededor...
Estuve recordando el otro día ese concierto al que fui con la Con, a ese que ella me invito un domingo en la mañana y me dijo con su dulce voz despertándome: "Pablo!, quieres ir a Edguy hoy?!". Yo medio dormido le dije sin dudarlo "eehmmm ya, dale". Después de eso seguimos hablando un par de cosas más sobre la hora y el lugar, pero no me acuerdo bien porque estaba durmiendo. Como sea, el asunto era gratis porque la Con tenia una amiga, que tenia un hermano, que tenia una banda, que teloneaba a Edguy, por lo que podía ir gratis más un acompañante (algo así entendí yo). Asi que no tuve que gastar dinero, lo que siempre es bueno.
Ya en la tarde partí a encontrarme con mi amiga en el metro a la hora acordada. Nos juntaríamos en metro ULA porque el asunto era en...bueno cofcoflablondiecofcof... a eso de las 5:30 de la tarde. La Con llegó tarde para variar, pero no importa porque yo también. y decidimos ir al recinto para entrar y estar ahí parados como lonjis un rato.
Fuimos y dimos nuestros nombres en la entrada a un loco que tenia una lista, nos sentimos super vip y entramos con la mansa sonrisa en el rostro creyéndonos la gran cosa, fue divertido. Ya adentro el lugar era extraño pero no me importó, era grande si y se notaba que caía harta gente. Cuando llegamos no había tanta gente pero de a poco eso se fue arreglando. Ya era hora de comenzar el show con los teloneros, había dos bandas (creo) una era rebuena y la otra ahí nomas, o era una sola banda mas o menos, no me acuerdo bien. Dimos hato jugo con ellos porque habíamos ido gratis por su causa así que mínimo vacilar sus temas y apoyarlos. Ya terminado el show de relleno se venia el plato fuerte, los alemanes de Edguy encabezados por el trolazo de Tobias Sammet saldrían a escena. Ahí paso algo raro, el público se comenzó a empujar como siempre para tratar de estar lo más adelante posible, pero ahi me di cuenta que la cuestión no estaba tan llena, mala cosa. Igual había harta gente, pero no lo que se esperaba para ese recinto. Comenzó el show y con la Con llegamos super adelante y ahí nos quedamos todo el show, dando jugo yo y vacilando las canciones que me sabía y la con babeando por el bajista fleto de la banda (sip, son todos fletos creo).
El show fue la zorra, Tobias se notaba molesto por la poca audiencia pero sabia que en volá se debía a que ese mismo día había un evento de la WWE en el movistar arena. De hecho en una parte del show dijo algo como "Se que la mayoría esta en esa cosa de la lucha, pero ustedes que están acá y la llevan van a tener la posibilidad de ver el show europeo completo". Y así mismo fue, los wns se lucieron y tocaron el show que daban en el resto del mundo, que trae mas canciones y la wea. Igual pese a lo molesto que estaba este loco del vocalista se rajó, aunque en una parte los aweonaos del publico tuvieron que cagarla olímpicamente y no solo una vez, 2 veces!. Primero cuando Tobias preguntó:" Les gustó el ultimo disco?, quieren más canciones del último disco?" y los muy weones respondieron: "noooo". Como tan aweonaos por la xuxa, primero porque el disco era bastante weno, segundo porque si vay al recital de la gira promocional del disco no podis decir eso y tercero porque igual no respondis que no te gustan las canciones del grupo, por algo estay ahi. Igual el loco se lo tomó con relajo se cago de la risa y respondió: "wow, que les pasa, ya verán cuando este disco sea un clásico como The number of the beast" y siguió con el show. Y la segunda cagada (ya ni tan cagada pero igual wns) fue cuando por estar molestando a uno de los sonidistas, q se parecía según el público a Bon Jovi (según yo era igual a David Bowie, pero que van a saber estos wns quien es David Bowie, asi que me uní a la masa y webie con ellos), Tobias preguntó:" Les gusta Bon jovi?", los maricas y las minas respondieron a coro: "siiii", entre ellos la Con. A lo que el wn respondió: "Bueno, a mi no". Risas generales que fueron seguidas igual por el coro de una canción del weoncito ese. Así siguió el show hasta el final sin nada mas notable que rescatar. En resumen el show fue la zorra, no me gustaba mucho Edguy, pero después de verlos en vivo me comenzaron a gustar más.
Terminado el espectáculo nos fuimos con la Con, que seguía babeando por el bajista (creo que todavía babea por el wn), con al mansa sonrisa en el rostro por el buen espectáculo y yo por mi parte agradecido de su invitación además. Tratamos de irnos en metro pero lo habían cerrado recién así que la deje en una micro y yo me fui para mi casa.
Coletazos de este concierto:
-Tobias Sammet, lider de Avantasia decidió uno o dos años después que la gira que haría con ese grupo, que incluía dentro de sus invitados al grandioso Michel Kiske, no pasaría por Chile debido a la poca asistencia de su show. Lo que para mi fue bueno porque pude ver a Kiske por primera vez en Chile junto a Unisonic, haciéndolo algo único y espectacular, cosa que relataré en otra ocasión.
-Edguy no ha venido más a Chile, incluso para la gira que hicieron después. Seguirán molestos?
martes, septiembre 18, 2012
sábado, septiembre 01, 2012
El Túmulo (4/?)
Andres se decidió a abrir el papel finalmente. Mientras lo desdoblaba miles de ideas pasaban por su cabeza, algunas buenas, otras malas y otras muy locas. Se le ocurrió que el papel decía que nunca más quería verlo en su vida y que se dejara de molestar. Se le ocurrió también que podía ser una broma del viejo y que encontraría algo escrito del estilo "Juajaja caiste". Todos estos pensamientos se sucedían mientras terminaba de desdoblar el papel. Finalmente comenzó a leer lo que tenia escrito y este decía:
"A las 8 el martes en la plaza bajo el cerro"
Andres sonrió y guardo el papel en el bolsillo del pantalón. Inmediatamente se preguntó que día era, pues estaba un poco perdido con las fechas. Concluyó que era sábado así que esperaría hasta el martes como decía el papel.
Se fue del lugar pensando que hacer, pues todavía era temprano y sueño era lo que menos tenía. Nada de lo que se le ocurría parecía buena idea, hasta que pensó que lo mejor era ir a practicar un poco y juntarse con algunos amigos. Caminó a tomar un bus que lo dejara cerca del lugar al que quería llegar, leyendo cada cierto tiempo el trozo de papel. Se subió a una micro que le servía y se fue de pie durante el viaje, pues no debería demorarse mas de 20 minutos.
Finalmente llegó al lugar, estaba cerca del centro de la ciudad, al lado de un río que de noche reflejaba las luces de los edificios cercanos. Era una construcción antigua de gran tamaño, 20 a 30 metros de ancho y con cerca de 3 pisos de altura. Se podía ver desde varios cuadras a la redonda. La fachada daba signos de deterioro, no estaba pintada y tenia algunas ventanas rotas, sin embargo, las protecciones de metal hacían imposible que alguien pudiera entrar por ahí. La puerta principal era sin duda lo que mas llamaba la atención de la construcción. Era una puerta enorme, podían pasar sin problemas 5 personas por ella al mismo tiempo, estaba construida de madera y metal, todo en perfectas condiciones, a diferencia del resto de la construcción.
Andres llegó a la puerta y golpeó un par de veces para que le abrieran diciendo -Abran la puerta, soy yo Andres-. Del interior se escuchó una voz que le dijo -Está sin seguro, abre...si es que puedes-. Andres sonrió y comenzó a empujar la puerta con ambas manos. Esta se fue abriendo lentamente y cuando estuvo lo suficientemente abierta para pasar por ella, Andres se lanzó rápidamente al interior del edificio. -Uf- exclamó una vez adentro mientras la puerta se cerraba de golpe detrás suyo. Saludó a quien le había respondido su llamado y se dirigió a cambiarse de ropa para ponerse a practicar. El edificio al interior no estaba bien iluminado, los muros eran de un color verdoso con partes descascaradas por la humedad. Del techo colgaban grandes lamparas que podrian iluminar muy bien el lugar, pero estaban dañadas y se les notaba el oxido. El piso, si se miraba bien a través del polvo que lo cubría, dejaba ver baldosas de color negro con blanco. Habia un hall principal bien amplio, su altura llegaba hasta el segundo piso, al centro y al fondo había una escalera que daba al segundo piso en donde había un balcón que miraba hacia el hall. A un extremo había un corredor bien largo por el cual caminó Andres hasta llegar a una habitación que tenia casilleros y un lugar para cambiarse ropa. Andres se apresuró en cambiarse y salió nuevamente al pasillo, volvió a pasar por el hall y se dirigió hacia una escalera que había en un rincón. La escalera bajaba a un lugar sin luz, de hecho, al bajar había que hacerlo con sumo cuidado pues no se veían incluso los peldaños. Andres bajó rápidamente, casi corriendo, hasta que llegó al final de al escalera. Ahí había una puerta, Andres la abrió y dijo -Ah entrenar-.
Era un lugar enorme de unos 30 metros de largo, por unos 20 metros de ancho. Estaba perfectamente iluminado, las paredes eran de un color piedra y en la parte mas alta, en el fondo, unas pequeñas ventanas dejaban circular el aire. El piso era de madera y brillaba perfectamente. Andres entró y saludó de lejos a las personas que se encontraban allí. Había dos hombres de edad cercana a la de Andres, uno un poco mayor, de apariencia cercana a los 30 años, un viejo que parecía de 50 y una mujer de unos 25 años.
-Pensamos que no vendrías por ser sábado- Dijo el hombre de cerca de 30 años. Era de estatura media, contextura delgada pero musculatura bien marcada, tenía el pelo corto de color negro y una cicatriz en el ojo derecho. Andres lo saludó de la mano con respeto y le dijo -A veces es necesario cambiar la rutina. ¿Qué es del maestro, vendrá hoy?. El hombre respondió haciendo un gesto de negación con la cabeza. -Ya veo- respondió Andres y saludó amigablemente al resto de los presentes, menos al viejo, al que saludo fríamente desde lejos..
Andres comenzó a entrenar con uno de los jóvenes que estaba allí, le decían Monkey, nadie sabía el motivo. Era más alto que Andres, contextura delgada, extremadamente flaco podría decirse y tenia el pelo oscuro y corto. Mientras entrenaban algo de técnicas para luchar Monkey le dijo a Andres riendo -Mira, el Fefo ya esta entrenando con el viejo ese- y apuntó al otro joven. Andres solamente se limitó a reír y seguir con el entrenamiento. A Andres no le simpatizaba en lo más mínimo el viejo, su nombre era Heraldo. Parecía que al resto tampoco le agradaba mucho tenerlo ahí. De hecho, Fefo se veía bastante molesto e incomodo con el entrenamiento. Fefo era un joven de estatura similar a la de Monkey, pelo largo castaño claro, medio rubio podría decirse, contextura normal y musculatura marcada, tenia ojos claros, y siempre estaba hablando o haciendo estupideces. Junto con Andres y Monkey, los tres eran muy amigos desde hace bastante tiempo.
Después de un rato, tocó el tiempo de cambiar pareja de entrenamiento, a Andres le tocó con la joven, su nombre era Cora, tenía el cabello largo, liso y castaño oscuro, mirada fija y penetrante, era de estatura más baja que Andres y cuerpo muy fino. Ella también conocía a Andres desde hace tiempo y eran muy cercanos. -Ahora le tocó a Monkey practicar con Heraldo, pobre de él- dijo riendo mientras atacaba con un puñetazo en el rostro a Andres. -¡Tranquila!- exclamó Andres sobándose la cara, -parece que estas enojada- agregó sonriendo. - Es que el entrenamiento con Bergen me dejó un poco acelerada- respondió mientras lanzaba a Andres por los aires. Bergen era el nombre de quien dirigía la clase, el hombre de edad cercana a los 30 años. Andres se puso de pie luego de caer y le dijo a Cora -Nada mal, estas mejorando, pero aun no eres lo suficientemente rápida- y con un movimiento redujo a Cora al suelo y le dijo -Ves, así es como se hace-. Cora no respondió y solo miro fríamente a Andres.
Finalmente Bergen los llamó a todos al centro del lugar para hablar y les dijo -Muy bien, el maestro no esta hoy y no podrá acompañarnos esta noche, así que ahora debemos ir afuera, limpiar un poco este basural y hacer que el maestro se sienta orgulloso de nosotros lo que vuelva. Recuerden, no dejaremos a ninguno atrás, pelearemos hasta el final y volveremos todos a este mismo lugar. Ahora, prepárense a salir-. Todos asintieron con la cabeza y se dirigieron en silencio a cambiarse de ropa.
Una vez estaban listos, se juntaron todos en el hall principal del edificio. Era un grupo bastante particular, se distinguían Andres con sus jeans azules cortos y su polera sin mangas, Fefo con una boina roja, Monkey con una camisa morada y Cora con una capucha. Todos sonreían, menos el viejo Heraldo y Bergen quienes miraban seriamente la puerta. -¿Estamos listos?- preguntó Bergen con una calma que inspiraba confianza. -Sí- respondieron todos al mismo tiempo. Entonces Bergen se dirigió a la puerta y la abrió sin ningún problema. -Cuida bien el lugar- le dijo al que vigilaba la entrada, -Que nadie entre al túmulo hasta que lleguemos- agregó.
Todos salieron a la calle preparándose para lo que venía. La noche era calida, cerca de las 2 de la madrugada y se respiraba un aire de intranquilidad.
"A las 8 el martes en la plaza bajo el cerro"
Andres sonrió y guardo el papel en el bolsillo del pantalón. Inmediatamente se preguntó que día era, pues estaba un poco perdido con las fechas. Concluyó que era sábado así que esperaría hasta el martes como decía el papel.
Se fue del lugar pensando que hacer, pues todavía era temprano y sueño era lo que menos tenía. Nada de lo que se le ocurría parecía buena idea, hasta que pensó que lo mejor era ir a practicar un poco y juntarse con algunos amigos. Caminó a tomar un bus que lo dejara cerca del lugar al que quería llegar, leyendo cada cierto tiempo el trozo de papel. Se subió a una micro que le servía y se fue de pie durante el viaje, pues no debería demorarse mas de 20 minutos.
Finalmente llegó al lugar, estaba cerca del centro de la ciudad, al lado de un río que de noche reflejaba las luces de los edificios cercanos. Era una construcción antigua de gran tamaño, 20 a 30 metros de ancho y con cerca de 3 pisos de altura. Se podía ver desde varios cuadras a la redonda. La fachada daba signos de deterioro, no estaba pintada y tenia algunas ventanas rotas, sin embargo, las protecciones de metal hacían imposible que alguien pudiera entrar por ahí. La puerta principal era sin duda lo que mas llamaba la atención de la construcción. Era una puerta enorme, podían pasar sin problemas 5 personas por ella al mismo tiempo, estaba construida de madera y metal, todo en perfectas condiciones, a diferencia del resto de la construcción.
Andres llegó a la puerta y golpeó un par de veces para que le abrieran diciendo -Abran la puerta, soy yo Andres-. Del interior se escuchó una voz que le dijo -Está sin seguro, abre...si es que puedes-. Andres sonrió y comenzó a empujar la puerta con ambas manos. Esta se fue abriendo lentamente y cuando estuvo lo suficientemente abierta para pasar por ella, Andres se lanzó rápidamente al interior del edificio. -Uf- exclamó una vez adentro mientras la puerta se cerraba de golpe detrás suyo. Saludó a quien le había respondido su llamado y se dirigió a cambiarse de ropa para ponerse a practicar. El edificio al interior no estaba bien iluminado, los muros eran de un color verdoso con partes descascaradas por la humedad. Del techo colgaban grandes lamparas que podrian iluminar muy bien el lugar, pero estaban dañadas y se les notaba el oxido. El piso, si se miraba bien a través del polvo que lo cubría, dejaba ver baldosas de color negro con blanco. Habia un hall principal bien amplio, su altura llegaba hasta el segundo piso, al centro y al fondo había una escalera que daba al segundo piso en donde había un balcón que miraba hacia el hall. A un extremo había un corredor bien largo por el cual caminó Andres hasta llegar a una habitación que tenia casilleros y un lugar para cambiarse ropa. Andres se apresuró en cambiarse y salió nuevamente al pasillo, volvió a pasar por el hall y se dirigió hacia una escalera que había en un rincón. La escalera bajaba a un lugar sin luz, de hecho, al bajar había que hacerlo con sumo cuidado pues no se veían incluso los peldaños. Andres bajó rápidamente, casi corriendo, hasta que llegó al final de al escalera. Ahí había una puerta, Andres la abrió y dijo -Ah entrenar-.
Era un lugar enorme de unos 30 metros de largo, por unos 20 metros de ancho. Estaba perfectamente iluminado, las paredes eran de un color piedra y en la parte mas alta, en el fondo, unas pequeñas ventanas dejaban circular el aire. El piso era de madera y brillaba perfectamente. Andres entró y saludó de lejos a las personas que se encontraban allí. Había dos hombres de edad cercana a la de Andres, uno un poco mayor, de apariencia cercana a los 30 años, un viejo que parecía de 50 y una mujer de unos 25 años.
-Pensamos que no vendrías por ser sábado- Dijo el hombre de cerca de 30 años. Era de estatura media, contextura delgada pero musculatura bien marcada, tenía el pelo corto de color negro y una cicatriz en el ojo derecho. Andres lo saludó de la mano con respeto y le dijo -A veces es necesario cambiar la rutina. ¿Qué es del maestro, vendrá hoy?. El hombre respondió haciendo un gesto de negación con la cabeza. -Ya veo- respondió Andres y saludó amigablemente al resto de los presentes, menos al viejo, al que saludo fríamente desde lejos..
Andres comenzó a entrenar con uno de los jóvenes que estaba allí, le decían Monkey, nadie sabía el motivo. Era más alto que Andres, contextura delgada, extremadamente flaco podría decirse y tenia el pelo oscuro y corto. Mientras entrenaban algo de técnicas para luchar Monkey le dijo a Andres riendo -Mira, el Fefo ya esta entrenando con el viejo ese- y apuntó al otro joven. Andres solamente se limitó a reír y seguir con el entrenamiento. A Andres no le simpatizaba en lo más mínimo el viejo, su nombre era Heraldo. Parecía que al resto tampoco le agradaba mucho tenerlo ahí. De hecho, Fefo se veía bastante molesto e incomodo con el entrenamiento. Fefo era un joven de estatura similar a la de Monkey, pelo largo castaño claro, medio rubio podría decirse, contextura normal y musculatura marcada, tenia ojos claros, y siempre estaba hablando o haciendo estupideces. Junto con Andres y Monkey, los tres eran muy amigos desde hace bastante tiempo.
Después de un rato, tocó el tiempo de cambiar pareja de entrenamiento, a Andres le tocó con la joven, su nombre era Cora, tenía el cabello largo, liso y castaño oscuro, mirada fija y penetrante, era de estatura más baja que Andres y cuerpo muy fino. Ella también conocía a Andres desde hace tiempo y eran muy cercanos. -Ahora le tocó a Monkey practicar con Heraldo, pobre de él- dijo riendo mientras atacaba con un puñetazo en el rostro a Andres. -¡Tranquila!- exclamó Andres sobándose la cara, -parece que estas enojada- agregó sonriendo. - Es que el entrenamiento con Bergen me dejó un poco acelerada- respondió mientras lanzaba a Andres por los aires. Bergen era el nombre de quien dirigía la clase, el hombre de edad cercana a los 30 años. Andres se puso de pie luego de caer y le dijo a Cora -Nada mal, estas mejorando, pero aun no eres lo suficientemente rápida- y con un movimiento redujo a Cora al suelo y le dijo -Ves, así es como se hace-. Cora no respondió y solo miro fríamente a Andres.
Finalmente Bergen los llamó a todos al centro del lugar para hablar y les dijo -Muy bien, el maestro no esta hoy y no podrá acompañarnos esta noche, así que ahora debemos ir afuera, limpiar un poco este basural y hacer que el maestro se sienta orgulloso de nosotros lo que vuelva. Recuerden, no dejaremos a ninguno atrás, pelearemos hasta el final y volveremos todos a este mismo lugar. Ahora, prepárense a salir-. Todos asintieron con la cabeza y se dirigieron en silencio a cambiarse de ropa.
Una vez estaban listos, se juntaron todos en el hall principal del edificio. Era un grupo bastante particular, se distinguían Andres con sus jeans azules cortos y su polera sin mangas, Fefo con una boina roja, Monkey con una camisa morada y Cora con una capucha. Todos sonreían, menos el viejo Heraldo y Bergen quienes miraban seriamente la puerta. -¿Estamos listos?- preguntó Bergen con una calma que inspiraba confianza. -Sí- respondieron todos al mismo tiempo. Entonces Bergen se dirigió a la puerta y la abrió sin ningún problema. -Cuida bien el lugar- le dijo al que vigilaba la entrada, -Que nadie entre al túmulo hasta que lleguemos- agregó.
Todos salieron a la calle preparándose para lo que venía. La noche era calida, cerca de las 2 de la madrugada y se respiraba un aire de intranquilidad.
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